Oshkosh JLTV: así es el sustituto del Humvee americano

El vehículo blindado de transporte de tropas de la Infantería de Marina tiene suspensión neumática autoelevable.

El Humvee es cosa del pasado… El nuevo vehículo militar de referencia es el Oshkosh JLTV, que acaba de llegar de los Estados Unidos para servir en diferentes ejércitos, como el cuerpo de Marina de Brasil. El lote inicial, con cuatro unidades, aterrizó hace unos días en Río de Janeiro.

La previsión es que 12 vehículos blindados de este tipo entren en servicio en el Cuerpo de Marines a finales del próximo año, alcanzando un total de 60 unidades a finales de la década. Los JLTV se utilizarán en misiones en Brasil y en el extranjero, así como vehículos de apoyo a la Defensa Civil (durante derrumbes e inundaciones, por ejemplo).

Ligero “pero no mucho”

JLTV son las siglas de Joint Light Tactical Vehicle (vehículo táctico ligero conjunto), el nombre de un programa militar estadounidense estrenado en 2006, para desarrollar sustitutos del Humvee en las fuerzas armadas estadounidenses.

Cuando fue creado por AM General en la década de 1980, el Humvee parecía imbatible, pero las guerras de Irak (2003-2011) y Afganistán (2001-2021) dejaron al descubierto su talón de Aquiles: la falta de protección contra las explosiones de bombas caseras y minas.

La solución fue desarrollar un blindaje que duplicaba el peso del Humvee, haciéndolo extremadamente lento (de 0 a 100 km/h en 37 segundos) y susceptible de romperse, lo que reducía aún más su carga útil.

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La empresa Oshkosh Corporation, dedicada a la construcción de camiones para usos especiales (como los modelos de los bomberos en los aeropuertos, por ejemplo), quedó primera en el concurso del programa JLTV, en el que participaron siete competidores.

La división militar de Oshkosh Defense diseñó el L-ATV (Light Combat All-Terrain Tactical  Vehicle) y, desde 2020, las fuerzas armadas estadounidenses ya han encargado 17.000 unidades del 4×4 blindado. Además de Brasil, países como Eslovenia, Lituania, Montenegro y Bélgica han realizado sus pedidos.

El motor que quema de todo

La fiabilidad fue uno de los principales requisitos durante el concurso para la producción del JLTV. A lo largo de 33 meses de duras pruebas, el modelo de Oshkosh tuvo un fallo cada 11.347 km de media. Para que te hagas una idea, el prototipo del JLTV fabricado por AM General (la fábrica del Humvee) tenía una avería cada 846 km de media.

El otro elemento destacado del nuevo todoterreno militar es la suspensión patentada por Oshkosh con el nombre de TAK-4i. Es independiente en las cuatro ruedas, de tipo doble A (dos brazos triangulares superpuestos en las puntas de cada eje) y con muelles de gas de alta presión.

Oshkosh JLTV en la montaña

Perfeccionado en la dura prueba Baja 1000 de California, el TAK-4i está construido para resistir cualquier terreno, absorbiendo grandes impactos y manteniendo al mismo tiempo el confort de marcha para los cuatro (o incluso cinco) tripulantes del JLTV. No se trata de ninguna floritura: era habitual que los soldados estadounidenses en Afganistán o Irak se enfrentaran a misiones de 10 a 12 horas ‘atrapados’ dentro de un coche. Y cuanto menos se rebote, más entero se llega al final del viaje.

La suspensión tiene nada menos que 50,8 cm de recorrido. Su altura puede ajustarse independientemente en cada eje, incluso pegando el Oshkosh JLTV al suelo como un ‘lowrider’ para facilitar su transporte en aviones de carga, helicópteros o vehículos anfibios. A plena altura, el vehículo blindado puede cruzar tramos de agua de 1,50 metros de profundidad, incluso sin el esnórquel opcional.

La suspensión nivela automáticamente la carrocería.

Además, la suspensión cuenta con un sistema de autonivelación que reduce la inclinación de la cabina cuando el 4×4 se detiene en una rampa o en un terreno irregular. Esto es importante incluso para que los soldados puedan abrir las pesadísimas puertas capaces de absorber impactos de proyectiles y explosiones. El blindaje incluye los asientos y hay sistemas automáticos de extinción de incendios.

Para propulsar al monstruo de 7 toneladas, se recurre a un motor turbodiésel V8 Duramax de 6,6 litros, fabricado originalmente por General Motors para sus camionetas ‘heavy duty’. Estos motores civiles se envían a la empresa Banks Power, que los equipa con componentes internos reforzados para un uso severo.

Además, el V8 se transforma en un flexifuel capaz de quemar gasóleo, parafina o alcohol. Se dice que, durante las pruebas, el motor de uno de los prototipos del Oshkosh JLTV aspiró un poco de agua y así funcionó durante 3.000 kilómetros hasta que, finalmente, fue abierto y reparado.

El ajuste de la altura de la suspensión facilita el embarque en los aviones.

La potencia es un secreto de estado, como la mayoría de las características técnicas del todoterreno, pero se estima que ronda los 345 CV, con unos 1.175 Nm de par máximo. Para gestionarlo todo, cuenta con una fiable caja de cambios automática Allison 2500SP de seis marchas y tracción permanente a las cuatro ruedas. La aceleración de 0 a 100 km/h ronda los 10 segundos, pero la velocidad máxima está limitada a 110 km/h.

Una mezcla curiosa

En la cabina, no hay nada que recuerde a la estrechez del Humvee. El espacio interior del JLTV es más parecido al de la cabina de un camión, e incluso hay posavasos en la consola. El blindado de Oshkosh puede hacer más pequeño al Humvee si se aparca uno al lado del otro. Mide nada menos que 6,2 metros de largo por 2,6 metros de alto. En términos de altura, se parece más al Unimog 5000, también utilizado por los marines brasileños.

A diferencia del Humvee, la visibilidad hacia delante es buena. Una cámara de visión trasera compensa la falta de un ojo de buey posterior. ¿Preocupación estética? El modelo no parece perder el sueño en este apartado, primando funcionalidad frente a un diseño mínimamente atractivo.

Aquí se trata de transportar a cuatro tripulantes y 1.600 kg más de carga. Entre las muchas versiones, hay una camioneta para transportar dos soldados y 2.300 kg de ‘equipaje’. El armamento es variado: desde ametralladoras hasta misiles antitanque. La autonomía es de 480 km, pero puede aumentar con futuras versiones híbridas.

Se estima que cada unidad costó alrededor de 345.000 dólares (unos 326.000 euros al cambio actual). Para aquellos que les gustan los vehículos militares y sueñan con comprar un Oshkosh JLTV en el futuro, en alguna subasta de material militar, tenemos malas noticias: incluso en la configuración básica, el nivel de blindaje de este todoterreno está por encima de lo permitido para uso civil.

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